El presidente del Centro Armenio, Alberto Djeredjian, elegido «Hombre del Año» por el semanario «Sardarabad»

DSC_5886(De semanario «Sarfarabad»)

Señor Alberto Djeredjian,
Hombre del Año 2015 de las colectividades armenias de Sudamérica

Desde su fundación, hace ya cuarenta años, «SARDARABAD» en su última edición anual, reconoce la labor de aquella persona, grupo o institución que se haya destacado por su vocación de servicio, compromiso, obra filantrópica, dedicación, tarea humanitaria, actuación cultural, profesional o intelectual ya sea en el transcurso del año como a lo largo de su vida. Así, hemos tenido el enorme placer de reconocer tanto a personas como a grupos que han trabajado de manera continua y sistemática para la difusión de temas relativos a Armenia y a los armenios.
En esta oportunidad, nuestro «Hombre del Año 2015» es el contador Alberto Djeredjian, involucrado en el quehacer comunitario desde hace muchos años.

Presidente del Centro Armenio y de la Fundación «Seranouche y Boghós Arzoumanian», Alberto Djeredjian es además integrante del Consejo Supremo Espiritual de San Echmiadzín.

Tiene una larga trayectoria de dirigente comunitario, una sólida formación que le ha permitido poner sus conocimientos a disposición de la exaltación de los valores humanos y culturales trascendentales de la identidad armenia.

En este año particularmente importante para los armenios en todo el mundo, al conmemorarse el centésimo aniversario del genocidio del que fue víctima el pueblo armenio en los últimos años del imperio otomano, nuestro «Hombre del Año» sumó mayores esfuerzos a su tarea habitual de dirigente comunitario.

Fue un año de intensa actividad, en el que hubo que consensuar opiniones muchas veces muy dispares dentro de la Comisión del Centenario integrada por todas las instituciones de nuestra comunidad. Hubo que sobrellevar situaciones difíciles e imprevistas y hacerse cargo de la toma de decisiones rápidas y adecuadas.

Hubo momentos en los que era prácticamente imposible pensar en dilatar respuestas o acciones y ahí apareció en más de una ocasión su palabra, su decisión y esa responsabilidad de la que fácilmente muchos tienden a huir.
Allí afloró su templanza, virtud necesaria a la hora de llevar adelante tareas como las que emprendió este año nuestra comunidad.

Eso es fruto de su formación, de su inclinación al ejercicio de la prudencia, que le permite no obnubilarse fácilmente con una idea y ver más allá; dicho de otra manera, no quedarse con el árbol sin tener la visión global del bosque o -si se quiere- apreciar el árbol en toda su grandeza dentro del bosque igualmente bello o significativo.

Alberto Djeredjian es un dirigente que trabaja con entusiasmo pero al mismo tiempo con cautela. Sabe escuchar y esperar el momento adecuado para una respuesta o una decisión estratégica.

Es dueño de una fuerte vocación de servicio y uno de sus desvelos es sostener la identidad nacional y cultural armenia en la Argentina, profesionalizar la actividad de nuestras instituciones para lograr una mayor y mejor penetración en ámbitos extracomunitarios. A esa tarea le dedica muchas horas de su actividad comunitaria.
A tal efecto y desde su posición, ha sabido y ha logrado relacionarse con gente que contribuye de la misma manera al objetivo antes mencionado.

Por todo lo expuesto, por haber sabido sostener pensamiento y acción tanto con la razón como con el corazón en un año particularmente sensible para los armenios, es nuestro «Hombre del Año 2015»..

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